
Los peritos encontraron en buen estado la consola y la válvula de seguridad de la caldera, y ahora les realizarán pericias
Los especialistas encargados de realizar las pericias para determinar por qué se produjo la explosión en el Laboratorio Apolo encontraron en «buen estado» la consola y la válvula de seguridad de la caldera que voló por el aire hace poco más de un mes, dejando un herido de gravedad y una decena de viviendas afectadas en barrio Tablada. En los laboratorios de los ingenieros de la Universidad Nacional de Rosario, estas piezas serán clave para establecer si fue una falla técnica o un error humano el desencadenante del siniestro.
Los peritos convocados por la Justicia informaron ayer del hallazgo al fiscal Walter Jurado, quien investiga la explosión desatada durante la madrugada del 27 de junio en los fondos del laboratorio de Alem al 2900. Según indicaron voceros del Ministerio Público de la Acusación, tanto la consola como la válvula de seguridad de la caldera se encontraron en «buen estado» entre los escombros producidos por la explosión.
Ambos aparatos serán peritados en las próximas semanas en los laboratorios de la UNR, previa comunicación de la fecha de comienzo de los trabajos a todas las partes involucradas.
Las tareas de remoción de escombros en la zona más afectada por el siniestro, en pasaje Drumond al 2900, comenzó el lunes pasado con el desplazamiento de la caldera siniestrada que, por su tamaño y la dificultad para trasladarla, será sometida a estudios en el mismo lote.
Un informe realizado por Bomberos, a pocos días del siniestro, advirtió que el estallido que sacudió al barrio no se debió a la explosión de la caldera por alguna fuga, sino por una acumulación de vapor a tanta presión que hizo que el aparato saliera despedido de los fondos del laboratorio, arrastrando consigo varias medianeras, hasta desplomarse sobre el tinglado de un taller mecánico lindero.
De todas formas, aún falta conocer cómo se inició el siniestro. Para esto, los análisis a que se someterán la consola y la válvulas esfericas de seguridad serán fundamentales, ya que permitirán determinar «si se trató de una falla mecánica o negligencia humana», según consideró Jurado hace dos días.
Con el hallazgo de ambos elementos, el fiscal resolvió liberar la restricción de circulación en la parte delantera del laboratorio, donde funcionaban oficinas administrativas.
Antes de tomar esta decisión, indicaron desde la fiscalía, se construyó un muro divisorio con la parte siniestrada para mantener la zona preservada.
Lejos de la quiebra. El avance de las pericias para determinar el origen del siniestro del laboratorio de Tablada no fue la única noticia que circuló ayer en los Tribunales locales.
Desde el Juzgado Civil y Comercial de la 1ª Nominación, donde se tramita un proceso de quiebra de Apolo, se indicó que la sociedad había cancelado las deudas con sus acreedores.
«Han cumplido con todos los reclamos y se han confirmado los pagos», apuntaron fuentes de Tribunales.
Laboratorios Apolo SA entró en un concurso preventivo de acreedores en 2005. La empresa se mantuvo en esa situación hasta 2015, pero en marzo de ese año, una ex empleada presentó una demanda laboral que la empresa no consiguió sortear.
La jueza María Andrea Mondelli la declaró en quiebra. El laboratorio pidió que fuera levantada, ofreciéndose a saldar deudas con la mujer que inició la medida y con los demás acreedores. Sin embargo, los pagos nunca fueron efectivizados.
Finalmente, el mismo día que estalló la caldera del edificio de Alem al 2900, la magistrada intimó a Laboratorio Apolo SA a saldar esas deudas en el plazo de cinco días hábiles contados desde la notificación a todas las partes. De no efectivizarse los pagos, la quiebra se concretaría, debiéndose liquidar los activos de la sociedad para saldar las deudas con los acreedores.
Sin embargo, ese fantasma de la quiebra empresarial parece alejarse definitivamente.