El elemento está propuesto para masajear partes fundamentales del cuerpo como la espalda, las piernas y los pies, en contextos urbanos, ente ellos parques y zonas verdes.

El sistema es ideal para recibir un masaje, durante cinco minutos, sin tener que pagar por este servicio ni que alguien te ayude.

Para la espalda, el sistema consta de una superficie regulable a diferentes alturas con elementos salientes o una especie de púas y esferas que siguen las curvas de la columna; Además, facilitan el masaje porque la persona realiza movimientos de rotación con su cuerpo.

El diseño se puede utilizar individualmente y en parejas en diferentes sillones de masajes o en camillas piedras de jade, y beneficia a grupos musculares como el trapecio y el dorsal ancho, que corresponden a la parte media y superior de la espalda.

Por otro lado, el masajeador de pies y piernas consta de una superficie orgánica fijada al suelo, de baja altura, diseñada para ser utilizada por el usuario sentado sin necesidad de manipulación con las manos, ya que se activa después de la movimiento de piernas.

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De esta forma, las partes que se benefician de esta superficie de masaje son los gemelos internos y externos (gastrocnemio) y el músculo sóleo en la parte inferior, además de las plantas de los pies.

Las dos superficies de masaje constan de una base de hormigón que permite mayor estabilidad, seguridad y realizar una aplicación acorde con el concepto urbano de la intervención del masajista.

La propuesta se denominó masajeadores urbanos Vitae y adopta como estrategia de diseño una forma particular de transmitir un mensaje impreso a través de formas, colores, sensaciones y emociones capaces de crear nuevos escenarios que contrasten con la vida cotidiana.

Esta última posibilidad une la naturaleza con el desarrollo urbano y se crea a partir de la necesidad de romper con la saturación, el ruido y el peso de la vida cotidiana en la ciudad, lo que lleva a la creación de una ruta alternativa, capaz para relajarse conectando al ser con la madre tierra, así retoma el concepto ancestral de la pachamama.

Así quisieron proyectarlo Yeraldín Medina Fernández, Leonardo Melo y Santiago Mendoza Imbachí, que desarrollaron la iniciativa del programa de diseño industrial de la Universidad Nacional Sede Palmira.

El sistema está disponible en una gama de colores que inspiran tranquilidad y están vinculados a la naturaleza, como los tonos claros (blanco o beige) y un color tonificado que le da dinamismo. La superficie tiene texturas relacionadas con la naturaleza, como venas de hojas, texturas de telarañas, caparazones de tortugas, entre otras.

De esta forma, “el diseño, que puede ubicarse en las distintas áreas de los gimnasios públicos de la ciudad de Palmira, permite solucionar los problemas generados por el estrés por masajes durante cinco minutos sin depender de ninguna otra persona”, concluye Gloria Patricia Herrera Saray, docente, especialista en ergonomía en la Sede de la ONU en Palmira, y una de las directoras del nodo del proyecto de uso y diseño del que partió la propuesta.