En un entorno caracterizado por la incertidumbre y las crecientes turbulencias económicas en las que vivimos, el interés de las empresas farmacéuticas por fidelizar a sus clientes representan un papel imprescindible para su negocio.
Si de algo sabe la farmacia es de competencia, y no solo por la continua apertura de establecimientos farmacéuticos, sino por la creciente presencia de otro tipo de comercios que trabajan productos de parafarmacia y que se han convertido en competidores directos.
Sin duda, el marketing farmacéutico se ha consolidado como uno de los pioneros en el campo de la publicidad directa, resultado lógico de la necesidad de atraer clientes a los establecimientos. Y no solo ha logrado abrir una senda que muchos otros sectores han seguido, sino que ha conseguido ir reinventándose y adaptándose al paso del tiempo, de las modas y de los diferentes gustos de los consumidores. Se podría decir, que el marketing directo farmacéutico es uno de los más rentables y exitoso de la historia. Pero como decíamos, en una época en la que la competencia se ha multiplicado exponencialmente, una vez que ya se ha logrado captar a ese cliente la farmacia debe ir un paso más allá: debe tener a su alcance las herramientas necesarias para conseguir que esa persona que se convierta en un consumidor fiel y habitual.
De lo que se tratar es de conseguir estrechar una relación con el cliente, en la que ambas partes salgan beneficiadas. Por un lado el cliente que verá satisfechas sus necesidades (materiales e incluso emotivas); por otro la farmacia debe encontrar la forma de rentabilizar económicamente esa relación. Porque fidelidad está íntimamente relacionada con palabras como confianza y satisfacción. En definitiva, hablamos de la necesidad de que la relación entre cliente y farmacia no se acabe en el preciso instante en que se lleva a cabo la compra. En ningún caso esta compra debe ser el último estadio de dicha relación, sino el paso previo para conseguir que ese acto se repita en el tiempo.
Hay un nuevo contexto de mercado y los esfuerzos a los que día a día deben enfrentarse las farmacias, en un entorno cada vez más concentrado y difícil. Por ello pone a su disposición las herramientas necesarias para lograr esa fidelidad de los clientes. Lo hacemos a través de un amplio catálogo de regalos promocionales. Y es que está demostrado que el simple gesto de obsequiar al cliente con un regalo, por simple que sea, logra estrechar esos lazos de fidelidad de los que estamos hablando. Carpetas, calendarios, fundas, bolsas, agendas, abanicos, monederos, bolígrafos… y un largo etcétera, hay tanto regalos originales que nos cansariamos de nombrarlos, regalos para hombres, regalos para mujeres, regalos empresariales, que pone a su disposición para que su farmacia no se quede atrás y se vea fagocitada por la competencia. Lo importante no es el qué se regala, sino el cómo: la esencia que subyace tras ese obsequio. El regalo trasciende de su realidad material, porque tras lo evidente –su morfología- subyacen sentimientos tan importantes como: agradecimiento, confianza, gratitud, respeto, amistad, lealtad… Esos sentimientos perduran en el subconsciente del cliente y aflorarán en el preciso instante de que esa persona necesite de nuevo hacer uso del establecimiento farmacéutico. Como decíamos, un simple gesto puede tener un valor incalculable a la hora de fidelizar a un cliente, unos lindos regalos, atrévase a probarlo, no quedará defraudado.