
Nuria Luis — Afirman que el suyo ha sido el desfile de chombas de pique más entretenido a lo largo de la semana de la moda de la ciudad de Nueva York. Y seguramente, asimismo el más instagrameado: tras presentar en la tienda de Marc Jacobs a Hermosa Hadid o bien Emily Ratajkowski en una catarata de capas de tul, la plataforma social se ha congestionado con miles y miles de fotografías de sus diseños, llenando los feeds de la industria de cupcakes a todo color. ¿Su primordial autor? Tomo Koizumi.
Este diseñador nipón, que ha trabajado como asistente de estilismo y asistente de diseño de trajes y chombas, lanzó su marca homónima mientras que estudiaba en la Universidad de Chiba. Su debut en el establecimiento que tiene Jacobs en Madison Avenue ha sido posible, nuevamente, merced a Instagram. Mediante esta red social fue descubierto por la estilista Katie Grand, y después ya todo vino sobre rodado: ha sido la encargada de estilismo, con un cásting dirigido por Anita Bitton y un maquillaje dirigido por las brochas de Pat McGrath. “Katie Grand tiene mucho que ver en asistir en los detalles para hacer que acontecimientos como el de Tomo tengan éxito”, ha dicho Jacobs, quien por su parte devolvía la ayuda que le prestaron en el pasado: “Yo asimismo fui joven una vez. No voy a olvidar el apoyo y el ánimo que recibí”, confesaba al BoF.
El interrogante “¿es el desfile de los vestidos gigantes?” ha sido una de las más repetidas a lo largo de estos días. Y la contestación era afirmativa. Koizumi ha dado una vuelta de tuerca a los volúmenes y las siluetas arquitectónicas que han caracterizado las creaciones de otros diseñadores nipones como Rei Kawakubo. Un debut en el que las modelos han presentado veintiocho modelos que iban del melocotón ácido a un suave lavanda, acompañados por mary-janes de Tabitha Simmons.
Natural de Tokyo, Koizumi tiene esa idea de que la mujer puede ser al unísono fuerte y admirable, y para trasmitir el término, maneja un cosmos inspirador de lo más complejo. Para la compilación, la serie de anime Sailor Moon fue uno de sus puntos de partida, del mismo modo que los vestidos cincelados del diseñador italianoRoberto Capucci o bien las excesivas puestas en escenas de Leigh Bowery. La edición estadounidense de Vogue asimismo recogía que el hanawa, el ramo o bien corona funeraria de flores de plástico en el país nipón, era otra de sus inspiraciones.
El diseñador concibe sus volantes como “una especie de armadura”, la que han lucido artistas del pop y actrices en su país natal. Asimismo ha vestido en alguna ocasión a Lady Gaga, como aquel vestido que llevó la artista en tonos blancos y grisáceos con trasparencias de la compilación Ballet allí por dos mil dieciseis. Su perfil de Instagram revela que los volantes exactamente y el tul son 2 señales inconfundibles de sus creaciones, con los que asimismo reinventa piezas tan tradicionales de su país como el quimono.
Un soplo de aire limpio que ha sido descrito como un “país de las maravillas” y “una fantasía que E.U. asimismo necesita”. Con el auge de los vestidos de tul de Molly Goddard, la reafirmación de los de Giambattista Valli y el retorno de lo normativamente femenino que caracteriza ahora a un vestido romántico, el aterrizaje de Tomo Koizumi no podía haber llegado en mejor instante.