
En México, cada 9 minutos se genera una muerte por el consumo de tabaco. Se trata de sesenta y cinco con cero decesos por año, conforme el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones de la urbe de México.
Dado este panorama, los adeptos a la nicotina tienen como opciones alternativas para dejar de fumar: mascar un chicle que contenga nicotina, absorberla de un parche, tomársela en pastillas, o bien, lo más de tendencia en Europa, “vapear” con el llamado cigarro electrónico (solo en España, hay más de ochocientos mil personas que lo consumen).
No obstante, la venta de este dispositivo está prohibida en México por la Ley General para el Control del Tabaco (publicada en dos mil ocho). Son múltiples las razones de su prohibición, mas la que más nos interesa que conozcas es el impacto que el “vapeo” tiene en tu salud y tu cerebro.
¿Es exactamente lo mismo vapear que fumar?
Los vapeadores son dispositivos con forma de cigarro usual que liberan nicotina por medio de un calentamiento de un líquido mezcla de propilenglicol y glicerina vegetal.
La mezcla se calienta hasta los trescientos cincuenta grados a través de una batería que se carga con un puerto USB y se aspira mediante una boquilla. Fue inventado en dos mil trece por Hon Lik, un médico chino cuyo padre murió por un cáncer de pulmón. Conforme la Sociedad De España de Neumología, la inhalación de nicotina con saborizantes y aromas no es inocua.
Existen estudios que prueban que, en un corto plazo, el empleo de estos dispositivos irrita la vía aérea y altera la función pulmonar. No obstante, aún se ignoran los efectos en un largo plazo.
¿Qué relación guarda la nicotina con el cerebro?
Todos sabemos que la nicotina es un potente alcaloide que puede ser estimulante y relajante al unísono. En dosis bajas es estimulante; libera glucosa y epinefrina (adrenalina); aumenta los niveles de dopamina y norepinefrina, igual que hacen las anfetaminas y la coca.
En dosis más altas, la nicotina es relajante, incrementando los niveles de serotonina y endorfinas.
No obstante, la nicotina es asimismo una substancia impostora: suplanta a la acetilcolina, uno de los neurotransmisores más esenciales del cerebro, que regula la atención, la memoria, el aprendizaje, las emociones, y es precisa para la activación de los músculos.
La nicotina engaña y se une a los receptores pertinentes en las neuronas y acepta las funciones de la acetilcolina.
Como ya vimos, los vapeadores pod vaporizan una solución de nicotina, ofertando la dosis conveniente de la droga, mas sin ser eficaz para parar de fumar. Solo son una forma más limpia de sostener la adicción a la nicotina.
¿Sirve para parar de fumar?
Los defensores del vapeo valoran su potencial para reducir el empleo del tabaco usual, que se supone considerablemente más mortal, basándose en estudios que aseveran que sirve como sustitutivo del fumar. No obstante, la mayor parte de la comunidad científica asegura que la eficiencia como terapia sustitutiva del tabaco está lejos de probarse.
La OMS estima que solo un 1 por ciento de las personas que vapean logra parar de fumar. Una investigación de N. Zelanda eleva dicho porcentaje al siete por ciento , mas ciertos científicos estiman que adolece de las peculiaridades metodológicas precisas para ser considerado una investigación fiable.
Estos médicos aconsejan, como más eficientes, terapias de substitución con parches, chicles o bien comprimidos para chupetear.En todo caso, si deseas parar de fumar, lo más esencial es que dejes de emplear la nicotina y procures ayuda.